31 de julio de 2009

Vivo (Se dice que)

Por Eduardo García

Estaban las luces rojas encendidas, pensé que sucedía algo malo, y fue por eso que decidí entrar. Cómo seré de fanático que hasta me parece simpático el vocalista de Oasis. Entré al lugar, de vidrios polarizados, con un olor a perfume de frutas que llegaba a provocar pequeñas lágrimas en mis ojos, mientras muchos señores de cuello y corbata, no muy letrados, se dedicaban a tomar cerveza. Una mujer de lentes de contacto, teñida con Blondon, con una sexy ponchera cervecera, me saluda con un beso en los labios y me pide que la invite una cerveza. La mía costaba luca y la de ella, luca y media. No sé por qué, pero salí arrancando despavorido. Después supe que me dio asco el lugar. Caminé una sucia calle donde reinaban los restos de un día estresante, taxistas piratas ofreciendo llevarte a casa por luquita...
Me fui a la casa, sin más que un libro y una cerveza. Llegué y eché mi humanidad en la cama, hasta mañana, cuando otra vez no tenga qué decirle al mundo.

2 comentarios:

  1. "Una mujer de lentes de contacto, teñida con Blondon, con una sexy ponchera cervecera"
    ooo es la misma con la que seño todas las noches... presentamela!!

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